Un buen hogar siempre estará donde
el camino esté lleno de paciencia,
Estará donde el puente
se halle tendido para pasar,
donde las caras estén dispuestas para sonreír,
las mentes activas para pensar
y las voluntades, todas, deseosas para servir.
Un buen hogar siempre estará
donde los besos tengan vuelo
y los pasos, mucha seguridad.
Donde los tropiezos tengan cordura
y los detalles, significación.
Donde la ternura sea muy tibia
y el trato diario muy respetuoso.
Un buen hogar siempre estará donde
el crecimiento sea por el mismo tronco
y el fruto por la misma raíz.
Un buen hogar siempre estará donde
el fracaso y el éxito sea de todos.
Un buen hogar siempre estará
en el ambiente donde naciste,
en el huerto donde creciste,
en el molde donde te configuraste
y el taller donde te puliste.
Las vetas y el cimiento
dejados por un buen hogar son indestructibles.
Los principios parecen como grabados en hierro.
La fe, como cincelada en roca.
Y el amor, llevado como bandera.
Es montar el barco más seguro
para navegar el mundo, de otra manera
sería navegar con un timón titubeante,
una brújula indecisa y la quilla rota.
De ese hogar tronco salen
los principios fuertes
que enmarcan tu figura para hacerte gigante.
De ese hogar tronco sale esa fuerza
de la fe que resplandece para hacerte estrella.
El hogar, hoy en día,
es una prioridad pues,
como la buena tierra,
¡da lo que le siembran!
Zenaida Bacardí de Argamasilla